Tenía muchas ganas de escuchar no sé cuántas canciones y cuando salí del baño y me senté frente a la máquina ya las había olvidado por completo, lo cual me frustró un poco porque ya me estaba saboreando esas canciones de las que ya no había abusado en mucho tiempo.
Yo soy una mujer de causas absurdas, vaga justificación para una cuestión tan personal e irrelevante como mi gusto por las cosas en general, en este caso: la música. Por lo cual en este momento me voy a declarar en contra del buen gusto y por lo tanto me mostraré tímida al confesar que la canción que escucho en estos momentos es "Iowa" de Slipknot. Me declaro fan de los sonidos subliminales y violentos. Esta en particular me parece muy perturbante y no por un rollo de mera contaminación auditiva sino la intención de la pieza; actitud esclavizante, a decir verdad, esta canción cansa.
No creo que exista algo de culposo en los gustos, son rollos totalmente subjetivos y siempre válidos, todo lo referente al arte es una onda muy de las vísceras, o bueno, donde ustedes lo sientan, no quiero contaminarlos con mis declaraciones contradictorias, puesto que el arte se trata de plena libertad. Supongo que algo te gusta o no y YA. Aunque existan muchas razones para justificarlo no se tienen que dar explicaciones.
El gusto se define circunstancialmente y aunque mucha gente pueda conocer la historia nadie puede realmente sentir lo mismo, ver lo mismo, escuchar lo mismo.
Muchas veces me pregunto qué podría significar esa canción o una estrofa específica de alguna canción para alguien, me obsesiona pensar que él o ella saben algo que yo no sé, que no he escuchado. Me pregunto cómo escuchan los demás lo mismo que escucho yo. Qué increíble oportunidad de hacer algo tan tuyo, nadie puede tocarlo, nadie puede entenderlo como tú.
El arte está para complacernos a todos, es un acto de plena libertad y no hay nada más valioso, porque está ahí para adueñarnos de él, para observarle, para darle ese poder de trascender, de provocar, de encontrar todos esos secretos que lo componen.
Guarden sus secretos, sean libres en esa complicidad única con esa pintura, esa canción, esa fotografía, ese libro... devoren cada línea, devoren cada trazo y sean libres de transformarlo, de darle un significado valioso para ustedes. Nadie tiene que estar de acuerdo, nadie tiene que entenderlos, porque nadie puede tocar su libertad de apreciar, de sentir.
Fa