
No sé qué esperar de este mes, honestamente. Los cambios se están haciendo abismalmente obvios y no me juzguen de loca, pero no sé cómo sentirme al respecto.
Y desde que soy una mujer, hoy vamos a hablar de cosas de mujeres:
El cabello, qué asquerosidad más hermosa. Yo no sé cómo osamos a traer colgados largos centímetros de algo muerto sobre la cabeza. El colmo más delicioso es no quitarle las manos de encima, grasientas y sucias como son, el cabello y la mugre se encuentran. Me encanta el cabello largo, no sólo porque tenga esta pulsión de muerte pero, las fabulosas historias que cuelgan también, todos esos piojitos del pasado, para bien o para mal, recuerdos y distintas manos que lo tocaron y lo tocaron con tanta fuerza. No me gusta que me toquen el cabello, me parece un paso que conlleva demasiada confianza, es un acto totalmente íntimo que comparto con las personas que amo. Si mis sobrinas me quieren peinar, jalar el cabello o simplemente tocarlo, está bien: somos amigas de sangre. Si alguien nuevo quiere hacerlo me intrigarán sus intenciones, no sólo es cabello: es tiempo que no se recupera. En alguna dimensión estaré besando a algún novio, en alguna dimensión estaré peleando con otro, lo más horrible es pensar que en alguna otra aún lo amo y algo de mi se rehúsa a safarse, saber que en otra dimensión aún amo es lo que me ata a no dejar de sufrir.
Tengo tres años sin cortarme significativamente el cabello. En estos tres años pasé de un bob perfecto a extensiones y luego a una melena hasta el cuello de mi propio cabello. En este lapso de tiempo sólo lo he cortado dos veces y despuntado una. Le temo, yo cargo feliz mis piojitos incómodos y los felices también, para bien o para mal, me gusta colgar esos recuerdos.
Tengo esta sensación de pérdida terrible con mi cuerpo, hace casi dos meses me sacaron mis terceros molares (muelas del juicio; las cuatro-foto: no abrir si no les gustan los dientes) y le contaba a mi madre que, no siento dolor físico en absoluto, al contrario, me gustó mi cirugía, jamás me dolió, pero tengo esa sensación en la panza y en el pecho, de que me han arrancado algo mío, por unos minutos sostuve mis muelas y suspiré, qué locura sostener tus propios huesos en la palma de la mano! Así, con mi cabello es la misma historia, cada centímetro es probablemente un mes que quisiera seguir peinando, pero como las personas o las plantas, el cabello también se seca y es inútil intentar arreglarlo para que parezca estar bien.
Los cambios son inevitables, la eternidad comienza a cada segundo cada vez y sin parar. Todas estas son manías mías, sin sentido, lo comprendo absolutamente, pero ya me arrojaron aquí y no pienso vivir mi vida de manera insípida o despistada, me rehúso.
Esta semana muy probablemente vaya a cortarme el cabello, aclaro, seguramente le pediré que le dé forma y me corte un gran flequillo, el largo será intocable y esta vez prometo ser firme en cuanto a ello. También pienso teñirlo. ¿Para qué es el cabello si no es para teñirlo, quemarlo, tijerearlo y tocarlo? Todo con sus debidas precauciones.
Si algún cambio sucede, les prometo una foto!
Mientras tanto, en este solitario y aburrido domingo de Octubre los invito a que prueben el helado de otoño de santa clara HAHA es de dulce de calabaza ;)
Fa
❤
PD.- POR FAVOR, alguien DÍGAME cuál canción es la del ad de hudson jeans con Georgia MAY Jagger, el video lo puse en la entrada pasada y me trae vuelta loca!