jueves, 17 de marzo de 2011

Anclaje Azul



En el azul de tu dulce y salado corazón
Enterré todo dolor en tu ardiente arena

Al ponerse el sol, mis ojos se posaron en ti
Y con lágrimas en los ojos, siendo mujer me sentí muy pequeña

En cada huella que clavé y lavaste con tu blanca espuma
Te entregué mi duelo y lavaste mi alma también

Sin exageración, ni velo alguno
A veces deseé que me llevases a mí también

Y ser en la inmensidad de tu belleza
En el frío de tu abrazo
En tu cadencia violenta e imponente
En tu peculiar olor
En el azul de tu dulce y salado corazón
Ser, contigo, siempre